EDITORIAL (nº 180 Diciembre 2009)
La proximidad de un nuevo fin de año invita a plantearse al menos un básico balance de este difícil 2009, cuando el calendario se evapora para ingresar en el 2010, año del Bicentenario de
Aquel 25 de Mayo de 1810, si bien marcó la ruptura de la cadena colonial con la mal llamada madre España, derivó en la dependencia económica y hasta política de otro imperio más poderoso, “el inglés”, y más recientemente ante la decadencia de éste, “el estadounidense”.
Argentina, junto al resto de América Latina integrará la corte formada por casi todos los gobiernos complacientes y sumisos al imperio, que ante la indisciplina no vacilará en mandar sus infaustos marines para poner orden en lo que ellos llaman “su patio trasero”.
A consecuencia del matrimonio de
Con la explotación surgirán colosales luchas obreras y grandes represiones, como las de Plaza Lorea en 1909,
Más adelante, y con la falta de oportunidades en el interior, fueron arribando a las grandes urbes, y especialmente a Buenos Aires, cantidad de desplazados. Eran “los grasitas”, como Eva Perón los nombraba cariñosamente, junto a su frase célebre: “El peronismo será revolucionario o no será nada.”
Corrieron los tiempos, y con ellos los golpes de estado del ‘30, del ‘55, del ‘66 y del ‘76 (el más sangriento de todos). En democracia, arrasará Menem el patrimonio nacional y explotará la crisis del 19 y 20 de diciembre de 2001. Nuevos “grasitas” caerán en la marginación, el arrinconamiento, la exclusión y producto de la falta de soluciones nacerá una nueva forma de reclamo, “el piquete”.
De allí en más serán estos nuevos “grasitas” excluidos y demonizados, los culpables de la creciente inseguridad. Simultáneamente, otros piquetes “buenos” irrumpirán en la problemática social, serán los de la patronal sojera que cortarán rutas y se arrogarán el poder de inspección de la carga de los camiones.
Pocos rezongarán por las largas horas de demora. La sociedad “paqueta”, golpeará cacerolas en Callao y Santa Fe, rebuznarán los hombres de
Exitosos y millonarios, como Susana, Mirtha y Tinelli, se sumarán a Lilita, De Narváez, Cobos, Duhalde, y otros… reclamando en coro represión y condena al grasita. Hasta el Gobernador de Buenos Aires –Scioli--, vacilará y sin un análisis de causas y consecuencias, se incorporará a la jauría en la caza del “delincuente”.
Los medios magnificarán tanto los crímenes como las declaraciones mediáticas, y Tinelli se dará el lujo de refutarle al piquetero D’Elía, con el fondo de aplausos y risitas de su erudito público y ¡hasta un probable ajuste de cuentas de la familia Macri incrementará la lista del terror!
Los medios ocultan que
Según
No se puede negar, los crímenes, están, aunque no en la magnitud que presentan los medios. Pero la cuestión principal pasa por darse cuenta de que la violencia es el reflejo de otros males e injusticias, como la expoliación, la desigualdad social, la desocupación, los bajos salarios, la exclusión. Nadie habla de que existen en el país, nada menos que 3 millones de jóvenes sin trabajo.
La masacre ocurrida en
A todo esto se frustra un acto de
¡¡¡Ojo que hay desestabilización desde fuera y desde dentro del gobierno!!!
Hasta la Próxima
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