EDITORIAL Nº 246 DICIEMBRE 2015
"¡Hitler
era un tipo espectacular! ¡Era muy importante en el mundo!"
Durán
Barba
Así se
definía el asesor “estrella” del PRO criticando el proceso venezolano
y a Hugo Chávez:
"Los líderes son seres humanos", "Hay un retroceso en unos pocos países
que pretenden tener dioses, y la cosa sale bastante ridícula. Por ejemplo,
Chávez".
Pese a este
mensaje fascista, en un balotaje sumamente parejo–apenas dos puntos y solo 600 mil votos sobre 25 millones– Mauricio Macri se
coronó presidente de los argentinos. Ganó legítimamente el candidato de
“Cambiemos”, y nace así a la faz del territorio, una derecha reciclada en
su mensaje y en su indumentaria, alegre, bailantera, carnavalesca y de rostro
angelical, que supo esconder cuidadosamente –con
el absoluto soporte de la prensa hegemónica–
sus propósitos finales, especialmente en el orden económico.
Con el andar del nuevo gobierno a
partir del 10 de diciembre se verán los resultados de este
voto difícil de calificar, ya que acaparó importantes sectores de ciudadanos
beneficiados por las políticas del gobierno saliente, en una especie de
síndrome de dependencia y connivencia entre el débil y el poderoso.
En los campos de batalla, para que un bando avance debe haber necesariamente
otro que retroceda y hoy deben analizarse los motivos de tal retroceso, cuando surge la pregunta del millón: ¿algo se habrá hecho mal
para resignar el gobierno a una derecha claramente declarada?
Se revivió de este modo el
misterio de la curiosa Batalla de Pavón,
del 17 de septiembre de 1861, donde triunfa Urquiza frente a
Mitre. "Ganó (Urquiza)
pero le regaló el triunfo a Buenos Aires retirándose miserablemente y dejando
el campo de batalla en manos de los vencidos. Tiempo después, el 29 de
septiembre de 1868, Mitre, en un banquete de la masonería expresará en su
discurso: “Cuando nos alejamos de las
puertas del templo, nuestras espadas salieron de la vaina para cruzarse en los
campos de batalla, pero aún sobre esa desgracia y esa matanza, el genio
invisible batió de nuevo sus alas…". Fue el mismo “genio
invisible” que dirigió la matanza del gauchaje federal de las provincias y el
mismo “genio invisible” que armó el genocidio del Paraguay, y dirimió el dilema
sarmientino de “Civilización y Barbarie” en favor de “la Civilización”.
Hoy en una difícil situación internacional por
conquistar espacios de poder, y cuando el terrorismo del Estado
Islámico (fomentado por las grandes potencias, que luego se les escapó
de las manos) acecha, cobra vigor el “El Consenso de Washington” (acuñado por el economista británico John Williamson, en
1989),
que fue el conjunto de medidas de política económica de corte neoliberal
aplicadas para hacer frente a la reducción de la tasa de beneficio en los
países del Norte tras la crisis económica de los setenta, y como salida
impuesta por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) a
los países del Sur ante el estallido de la crisis de la deuda externa.
Todo dependerá del
plan del gobierno Macrista, aún develado a medias, se
presentará un momento difícil para el campo popular, para los derechos humanos
(calificados de “curro” por Macri), para una política
exterior independiente y para las conquistas sociales.
Se
vienen tiempos de devaluación, endeudamiento, quite de subsidios y venta de
patrimonio nacional, el fantasma de
Cavallo reaparece nuevamente en el firmamento.
El gran
triunfo de la derecha –y decir derecha es significar un plan de
gobierno afín a los intereses económicos de las clases poderosas y en contra de
las grandes mayorías–, representa devaluación
salvaje, y si hay devaluación habrá inflación y pérdida de valor adquisitivo de
salarios y jubilaciones, un futuro de negociaciones paritarias de pronóstico
reservado, y qué decir de los haberes de los jubilados que vienen
actualizándose dos veces al año y también del
famoso 82% móvil, y de exceptuar a los trabajadores del Impuesto a las
Ganancias.
En el orden internacional, la cosa está mucho más
clara, Macri se erigió en punta de lanza del Imperio contra Venezuela. Falta confirmar su alineamiento con el FMI y volver
a las “relaciones carnales”, causa de la
hecatombe de diciembre de 2001.
Dos hechos
trascendentales se produjeron en el mundo: el primero, ciertos países de
América Latina abrieron los ojos y desoyendo las órdenes del amo, rechazaron el
ALCA (5
de noviembre de 2005 en Mar del Plata), y actualmente
(años 2014/15) entró en crisis el llamado
“Estado
de Bienestar” de la Europa arrogante y
déspota.
Debieron ellos probar los propios remedios que
inventaron, volvieron a entrar en crisis, esta
vez más virulenta que las anteriores. España, Grecia, Portugal, Irlanda entre
otros, son vidriera de sus recetas. ¡¡¡Así les va!!!
Hoy
vuelve otra vez aquel genio invisible del trauma de Pavón con un nuevo clima de
odio y revanchismo disimulado. Así deben leerse las últimas
elecciones en Argentina.
El siglo XXI marcó
el fin de una era, la era del sometimiento, la reverencia, la resignación y el
temor, hoy los pueblos no son tan mansos como pretendía el amo en el pasado, se
quitaron la venda que les obstruía la visión y
los tapones que le impedían la audición. Ya no está Urquiza para dejar el campo
arado de la victoria a los vencidos, porque entonces los vencidos serán los
pueblos y no los próceres de cartón.
Hoy los pueblos
ven, oyen y actúan en consecuencia y no hay lugar para ingenuidades, pero ¡cuidado de aquellos que se ilusionan con su pretendido
apoliticismo y las secuencias de gracioso pero peligroso cotillón!
Mientras la
historia continuará escribiéndose.
Hasta la Próxima
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