TEMPORAL
DE SEMANA SANTA 2013
Los fenómenos naturales no vinieron solos, los trajo la “inteligencia” del hombre. Son difíciles de
impedir, casi imposible, pero si se pueden tomar medidas protectoras para
aliviar las consecuencias.
La deficiente recolección de residuos y limpieza de las
calles aportaron su cuota de complicación, taponando los ya colapsados
resumideros.
También aportaron lo suyo las postergadas obras de los
arroyos Vega y Medrano por mezquinos intereses presupuestarios. A los que se agregó
un remezón del Maldonado, supuestamente saneado, que volvió a tronar con furia,
como en sus mejores épocas.
¿No sería prioritario encarar estas obras indispensables,
en lugar de la despiadada destrucción de la Avenida 9 de Julio, y de los otros corredores de buses?
Otro tema que
agrava el panorama es la impermeabilización del suelo de la ciudad por el excesivo asfalto, la carencia
de espacios verdes, y las construcciones indiscriminadas con el “abuso” del
cemento y las ilegales construcciones particulares que afectan a la comunidad.
Las grandes
tormentas vinieron para quedarse…y ante ellas: elemental Watson; “más
vale prevenir que curar”, y no por lo simple de la sentencia se aparta del
sentido común.
Tomemos ésta grave contingencia, que no es la primera,
como un antes y un después y abordemos con seriedad el problema. No son
pocas las casi 60 víctimas que el temporal se llevó, y de los que nadie se
quiere hacer responsable.
Dejémonos de embustes y abordemos de una vez por todas
estos fenómenos con seriedad. Hacen falta prevenciones y soluciones,
repetimos ¡¡¡prevenciones y soluciones!!! Lo demás es cartón pintado y
de nada vale lamentarse después y llorar sobre la leche derramada.
Consejo de Redacción
Periódico Primera Página
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