Tres cuentos cortos de Mario Bededetti
Del libro;
Despistes y franquezas, 1990
Rutinas
A mediados de 1974 explotaban en Buenos Aires diez o doce bombas por la
noche. De distinto signo, pero explotaban. Despertarse a las dos o las tres de
la madrugada con varios estruendos en cadena, era casi una costumbre. Hasta los
niños se hacían a esa rutina.
Un amigo porteño empezó a tomar conciencia de esa adaptación a partir de
una noche en que hubo una fuerte explosión en las cercanías de su apartamento,
y su hijo, de apenas cinco años, se despertó sobresaltado.
"¿Qué fue eso?", preguntó. Mi amigo lo tomó en brazos, lo
acarició para tranquilizarlo, pero, conforme a sus principios educativos, le
dijo la verdad: "Fue una bomba". "¡Qué suerte!", dijo el
niño. "Yo creí que era un trueno".
Persecuta
Como en tantas y tantas de sus pesadillas, empezó a huir despavorido.
Las botas de sus perseguidores sonaban y resonaban sobre las hojas secas. Las
omnipotentes zancadas se acercaban a un ritmo enloquecido y enloquecedor.
Hasta no hace mucho, siempre que entraba en una pesadilla, su salvación
había consistido en despertar, pero a esta altura los perseguidores habían
aprendido esa estratagema y ya no se dejaban sorprender.
Sin embargo esta vez volvió a sorprenderlos. Precisamente en el instante
en que los sabuesos creyeron que iba a despertar, él, sencillamente, soñó que
se dormía.
Eso
Al preso lo interrogaban tres veces por semana para
averiguar “quién le había enseñado eso”.
Él siempre respondía con un digno silencio y entonces el teniente de turno
arrimaba a sus testículos la horrenda picana.
Un día el preso tuvo la súbita inspiración de contestar: “Marx.
Sí, ahora lo recuerdo, fue Marx”. El teniente
asombrado pero alerta, atinó a preguntar: “Ajá. Y a ese Marx ¿quién se lo
enseñó?”. El preso, ya en disposición de hacer concesiones agregó: “No
estoy seguro, pero creo que fue Hegel”.
El teniente sonrió, satisfecho, y el preso, tal vez por
deformación profesional, alcanzó a pensar: “Ojalá que el viejo no se haya movido
de Alemania”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario