Colombia: un camino a la paz lleno de obstáculos
Después
de décadas de conflicto armado, las FARC y el gobierno colombiano acaban de firmar un tratado de paz. El próximo 2 de
octubre el pueblo caribeño se pronunciará a favor o en contra de este acuerdo. Pero
lo que parece un acontecimiento auspicioso para toda América latina, tiene
detractores que buscan que ese ansiado final de la guerra nunca llegue.
Fueron
largas las negociaciones entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y los
comandantes de la organización guerrillera que se realizaron en Cuba, pero
finalmente llegaron a un entendimiento que deber ser ratificado en las urnas.
El problema es que el camino hacia un final feliz tiene enemigos que no ven la
luz al final de esa ruta.
La
figura del presidente anterior a Santos, Alvaro Uribe está al frente del
rechazo junto al Partido Conservador que lo respalda. Se propusieron impugnar
ante la Justicia al plebiscito que tiene las opciones Sí
o No ante la pregunta de si apoyan el tratado de paz en Colombia. También hay
sectores de la Justicia que se oponen a esta iniciativa. Sostienen que la
pregunta es tendenciosa y que los líderes de las FARC deben pagar sus años de
lucha con la cárcel.
Hasta
ahora las encuestas han hecho oídos sordos a esta prédica. El pueblo colombiano
sabe que con la aprobación de este acuerdo, comienza un largo proceso que
culminará con el desarme y el retorno a la vida civil de la guerrilla más
importante. Es verdad que quedan otros movimientos menores en la
clandestinidad, pero con un precedente exitoso, la paz puede llegar para todos.
Si el
plebiscito se expresa por la negativa, este proceso de acuerdo, que ya lleva
tres años, se perdería por completo, por lo que el estado de guerra interno
seguiría latente. Si bien las FARC no están en un momento floreciente, no es
una fuerza que esté al borde de la disolución. Con el No, Santos se vería
desautorizado y obligado a reiniciar la ofensiva, con el costo en vidas humanas
que esto ocasionaría y con el caos político que seguiría a la devaluación de la
figura del presidente.
Todo
para ganar tiene el pueblo colombiano el próximo 2 de octubre, pero deben ser
conscientes que siempre hay hienas que viven de la guerra y a las que el fin del conflicto bélico les arruina
cuantiosos negocios.
Pablo Salcito
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