Un
refugio singular para la cultura inclusiva e
independiente en el Abasto
En noviembre de 2017
irrumpió con toda la fuerza en Jean Jaurés
347, en la zona del Abasto, JJ Circuito Cultural, un espacio
cultural independiente que nació con la voluntad de poder pensar, crear y
construir otro tipo de cultura en la ciudad, más participativa, abierta,
diversa, popular, transfeminista y accesible para todos. Sus impulsores venían
de gestionar durante tres años un pequeño centro cultural en Almagro, llamado Circuito
5. Como querían crecer y llegar a más gente, decidieron buscar un lugar más
grande como el de JJ, que cuenta con 200 m² e incluye un bar. Según consigna su
carta de presentación en Facebook, JJ apunta a “un nuevo imaginario desde donde
la producción artística e intelectual puedan aportar a generar una sociedad
diferente”.
Fachada de JJ Circuito Cultural |
“Cuando fundamos JJ, la
intención era poder crear otro tipo de cultura en la ciudad. Creímos que era
necesario abrir un espacio cultural independiente que desarrollara una cultura
diversa, transfeminista y que entendiera que había que visibilizar y darle
lugar a todas las identidades de género por igual y a todos aquellos excluidos
de la cultura oficial. El paradigma llevado adelante por el Ministerio de
Cultura porteño va en contra de generar espacios nuevos de participación, de
accesos diversos a toda la población. Se sigue una línea política que considera
que la cultura debe ser elitista o para unos pocos. Cuando nos contactamos con
el ministerio recibimos pocas respuestas o no las que creemos necesarias. El
modelo oficial entiende que la cultura es un derecho y no un trabajo. Al no
considerarla como un trabajo, no existen políticas públicas claras que brinden
un apoyo económico a la cultura independiente. Es momento de considerar a la
cultura como un trabajo que tiene que ser remunerado, hay mucha gente que vive
de esa actividad”, sostiene Lucía De la Torre, coordinadora de JJ junto a Lorena Marchioni.
Llama la atención la
presencia de la palabra “Circuito” en la denominación de JJ. El propósito es
significar que JJ no es un centro único sino que forma parte de una gran red de
centros culturales independientes que siguen las mismas premisas y tienen los
mismos ideales respecto a cómo se construye cultura. De hecho, JJ trabaja en
articulación con otros centros culturales como Vuela el Pez, Casa Brandon y
Matienzo, entre otros.
un evento en el interior de JJ |
El equipo de
coordinación del centro cultural está conformado por nueve personas
provenientes del medio artístico –música, literatura,
fotografía– e intelectual, sobre todo de las ciencias
humanísticas y sociales –psicología, sociología, filosofía,
economía, historia–.
Las actividades que se
desarrollan en JJ abarcan un gran abanico de opciones. Hay shows musicales en
vivo, obras de teatro, cine-debate, presentaciones de libros así como un ciclo
de peña folclórica llamado Sombra Blanca, los miércoles, y un ciclo de música
afro, los lunes. Asimismo, se dictan talleres de fotografía, folclore y gestión cultural. Hay conversatorios en los cuales
se reflexiona en torno a la cultura, la política, el estado de nuestro país y de nuestra sociedad. En el ciclo Feminismo
en el bar se debate acerca del feminismo actual; en tanto, en otro ciclo de
charlas, organizado por el Instituto
Democracia, se habla de la coyuntura política. Para algunas actividades
debe pagarse entrada, siempre a un valor accesible, mientras que otras son a la
gorra.
Si bien el centro
permanece cerrado desde mediados de marzo a raíz de la cuarentena decretada por
la pandemia del coronavirus, no deja de haber actividades, obviamente online.
Por ejemplo, el Festival JJ Circuito
Virtual, por Instagram, talleres de
folclore, armonía musical, streaming para artistas, cocina de canciones –para
niños de 1 a 4 años–. Se realizó un concurso de poesía
denominado Poesía en cuarentena,
junto con tres editoriales y una revista. También se mantiene la peña con clase de danzas folclóricas
incluida, que ahora pasó a los jueves. Se pone a disposición la gorra virtual a
través de Mercado Pago: la gente puede depositar dinero para contribuir a la
manutención del espacio.
A propósito del aspecto
económico, en plena cuarentena el centro armó un emprendimiento –llamado
Mercado del Abasto–
junto a cooperativas de trabajo. Se trata de una distribuidora de comida, bebidas, viandas congeladas y productos de la economía
popular. La venta de esos artículos permite sustentar el proyecto frente a la
disminución de ingresos por la falta de actividades presenciales. En este
contexto de emergencia por la pandemia, JJ aplicó a varios subsidios estatales.
Según comenta De la Torre, la ayuda económica fundamental provino del
Ministerio de Cultura de la Nación y no del Ministerio porteño.
¿Qué tipo de gente
disfruta de la propuesta de JJ y lo toma como un refugio cultural y punto de
encuentro? “Nuestro público suele ser mayoritariamente joven, de clase media, con
algún nivel terciario o universitario, que le interesa los debates políticos,
sociales, sobre todo respecto al feminismo, que participa de movilizaciones,
marchas y que le atrae la cultura más under o independiente”, señala la
coordinadora del espacio.
Seguramente no es una
casualidad que los impulsores del centro hayan decidido establecerse en el
corazón del Abasto. “Nos instalamos en el Abasto porque es una zona bastante céntrica a
nivel comercial, donde hay un circuito muy grande de cultura independiente, hay
muchos espacios y bares culturales. Queríamos formar parte de ese circuito y
encontramos un lugar que por el precio del alquiler, el tamaño y la estructura
coincidía con la necesidad que nosotros teníamos”, explica De la Torre.
Laura Brosio
No hay comentarios:
Publicar un comentario