CUANDO LOS CARPINCHOS VIENEN MARCHANDO
En los últimos días se
vieron muchísimas imágenes de carpinchos en el delta del Paraná, y el grito
desaforado de los privilegiados moradores de los campings del Nordelta,
amplificado por los canales de TV, adoradores de los “grandes” sucesos.
El carpincho es una
especie autóctona de aquella zona,
invadida últimamente por el hombre con la proliferación de proyectos urbanísticos,
avanzaron sobre aquel territorio y provocando
la reducción de su hábitat, por lo que es lógico que este tipo de
acontecimientos ocurran.
LA MARAVILLA DE NUESTRA RESERVA ECOLÓGICA DE LA COSTANERA
Según datos de Fundación
Humedales, en 2018 ya había registradas 543 urbanizaciones construidas y
proyectadas en el Delta del Paraná y en las planicies de inundación de los ríos
y arroyos tributarios a este sistema, así como en muchos otros de otras zonas
del país, como está ocurriendo en nuestra misma ciudad de Buenos Aires, donde
se pretende ocupar zonas de la ribera del Río de la Plata, prohibida por la misma
constitución de la ciudad, como la otrora Ciudad Deportiva de Boca, (proyecto
Costanera II), terrenos públicos concesionados y hoy negociados a favor del
grupo: IRSA-SOROS-ELSZTAIN a precio vil.
Rodríguez Larreta, es el promotor
de favorecer a éste, como a otros “amigos
del poder”, para malvender y apropiarse de centenares de terrenos e inmuebles
de ésta, otrora “Ciudad Puerto de Buenos
Aires”, rica para pocos.
La culpa no es del
carpincho, sino de la “mano bien visible e indisimulable del mercado”, y de no
ponerle coto, pronto acabarán por depredar lo poco que queda en la ciudad para
dedicar a espacios verdes públicos.
Nuestro Parque de la
Estación, es parte del problema con la dilación en gestionar los terrenos sobre
la calle Bartolomé Mitre, para cumplimentar la ley 5734.
Situaciones similares ocurre
en Caballito, y otros sitios de la ciudad.
LEYENDO EL CAPITAL Y TOMANDO MATE CRIOLLO
¡La culpa no es del
carpincho!, la depredación de humedales, y la ocupación y remate de tierras
públicas es parte de la otrora, “OCUPACIÓN
ORIGINARIA DE TIERRAS”, en ésta bendita América, que comienza con la ocupación
española, continúo con Juan de Garay y persiguió con Julio Argentino Roca con
la campaña del desierto.
Con la ocupación de tierras
el invasor se apropió del oro y la plata, y no reparó en diezmar a las
poblaciones originarias con explotación y pestes importadas.
El cuidado del ecosistema es
tal vez un problema actual de alerta, cuando el calentamiento global es motivo
de gran preocupación en el mundo. Con la tala de bosques y selvas, aumenta día
a día, sin parar, como la Selva Amazónica en Brasil, la Selva Misionera y los Esteros del Iberá, en Argentina, (entre
las más importantes) lo que va privando –además—del habitad natural de muchas
especies, entre ellas el carpincho, obligado a emigrar, como también se vieron
obligados a emigras las razas originarias, y como se ven obligados a emigrar
muchos sectores marginados de las grandes ciudades, entre ellas Buenos Aires, la
otrora “Reina del Plata” hoy sin corona y con graves problemas de infraestructura,
que empeora con las construcciones
indiscriminadas.
Ya lo denunciaba Marx por
los años 1859: “la renta ‘capitalista’ de la tierra” se reduce a “una relación
de distribución del modo de producción capitalista”, y es hoy en los años 2021
uno de los principales problemas del futuro. Quien tiene la tierra, para que la
usa y en beneficio de quienes la explotan.
Por algo aparecieron los memes de éstos simpáticos (para unos) o antipáticos (para otros) carpinchos que tanto molestan a los “nordeltus”, leyendo un ejemplar del Capital y tomando el mate criollo.
LAS DOS TORRES "DUJOVNE" DE PUERTO MADERO (1999)
A los porteños también nos
molesta, y nos inquieta que se nos prive, siquiera de la vista al río, taponada
por grandes torres, actuales y anteriores, como las de Puerto madero, del estudio de Berardo Dujovne, Silvia Hirsch y María Dujovne (padres y hermana de Gerardo – el ex ministro de Macri--, dos torres que datan de 1999, de 170 metros de
altura, con 48 plantas distribuidas y conectadas entre sí por varios puentes en
cuatro niveles diferentes. Toda una aberración arquitectónica de hace 21 años, y
que hoy se pretende reeditar multiplicadas,
en la Reserva Costaneras II usurpada.
La culpa
no es del carpincho, tiene autores con nombre y apellido, y “la Gente” para
algunos o “El Pueblo” para otros, lo deben tener en cuenta al momento de votar.
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