EDITORIAL AL Nº 326
"Si malo es el gringo que nos compra, peor es
el criollo que nos vende".
Arturo Jauretche
En la tanda
importante de cartas que San Martín remitiera a
O’Higgins, conservadas en museos y coleccionistas,
se refiere al enemigo militar en la Guerra de la
Independencia, calificado
como godos, maturrangos, maruchos, chapetones, o simplemente, europeos, que
eran los enemigos de la patria naciente.
Luego de la
Revolución y la Independencia, quienes continuaron denigrando desde adentro “a lo
nuestro y a los nuestros”, pasaron a denominarse “gringos” (vocablo que
involucraba al extranjero, especialmente de habla inglesa y a sus sucesores de
los EE.UU.).
Como los inmortalizara
Jaureche: “los propios”, que existen
en gran variedad de designaciones, aunque la más apropiada es la de “cipayos” (que privilegia los intereses extranjeros), que
desgraciadamente abundan en el país.
Pretextos siempre
los hubo y los hay, y si no los fabrican, pero
dos son los fundamentales:
El primero es el anti peronismo engendrado durante años y hoy potenciado bajo el
pretexto del kirchnerismo, como factor de engendrar odio, grieta y revancha…
El otro es un problema de clase, el de defender privilegios, no siempre bien
habidos.
Y entre ellos
sobresale una “clase intermedia” (como la
calificara Jaureche en “El medio pelo en la sociedad
argentina”), una clase devaluada, que no se
resigna y “redobla una apuesta imposible”.
Se está captando
esa “colonización pedagógica” de un odio ancestral, una rabia acumulada incontenible
que brota por los poros, casi espontáneamente, que rompe el equilibrio en favor
del mantenimiento de las viejas estructuras agro exportadoras, hoy cuestionadas
a nivel mundial, lejos de la Argentina nueva, la real, que busca realizarse.
Así entramos en
un callejón de difícil salida, ya que del lado oficial, se pretende “calmar los ánimos, calmar los mercados”, ofrecer “la otra mejilla”, sin
atender adecuadamente a los más necesitados –claro está– con el FMI como último interlocutor definitorio.
De allí las
esmirriadas movilizaciones “del Campo” de los
residuos de “Cambiemos”, que mantienen al radicalismo como furgón de cola, y a
los medios adictos Clarín, La Nación+, a centenares
de radios, TV y redes, confiscados, conformando así una mordaza informática determinante.
No puede o no
quiere el presidente Fernández –por decreto– recuperar la Ley de Comunicaciones, borrada por un decretazo a los
pocos días de asumir Macri; tampoco quiere o puede
cambiar los que llamó “los sótanos de la
democracia” a su asunción.
SE HACE URGENTE APROBAR EL PROYECTO DE NUEVA CORTE EN DISCUSIÓN EN EL
PARLAMENTO Y DISOLVER LA ACTUAL.
Se cayó en las
garras del FMI –también por decreto sin
pasar por el Congreso– que solo pretende ajuste y
mantener un déficit fiscal cero, a costa de las clases populares, sin tocar los
privilegios de los poderosos; “verdadero poder en las sombras”.
Mientras la especulación
y la inflación carcomen salarios y jubilaciones, se mantiene “un cabildo cerrado”, y las protestas populares no son escuchadas.
La CGT –se toma tiempo–, llama a movilizar recién para dentro de un mes y
la especulación se encuentra en su apogeo. No hay mano dura suficientemente que
la discipline.
Se habla de
acuerdos y se les ríen en la cara “remarcando”, remarcando… ¡¡¡remarcando!!!,
la oposición desestabiliza, la justicia convalida la injusticia, y el “Dios
Mercado” continúa con las suyas.
Buscan poner en
práctica la lógica sarmientina y borgiana de un
triunfo de la “civilización” frente a la “barbarie” (que hoy sería el kirchnerismo),
imponer el irresponsable llamado al golpe, que propaló impunemente en estos
días el carapintada Aldo Rico.
Claro que no
cuentan con que la paciencia de “los nadies” tiene límites, no se estira como chicle pegado en la suela desgastada
del zapato… ¡se agota!… por más que se encapriche “el
cipayismo”.
Al cierre de esta edición se hace
insostenible el clima golpista de la oposición y los medios, por lo que hace falta una respuesta adecuada y
contundente del gobierno con medidas como:
- Aplicación de la Ley de Abastecimiento
- Creación de una empresa testigo de alimentos
- Nacionalización del comercio exterior
- Junta Nacional
de Granos y Carnes
- Aumento en blanco y por decreto de 20 mil pesos en
salarios, jubilaciones y salario mínimo
- Cerrojo al contrabando y estricto control de puertos y aduana
- Escrupuloso control de las importaciones
Hasta la próxima
Cuando la versión impresa se encontraba en
rotativa, se producen los nuevos cambios, - desprolijos y con atraso –
se perdieron lamentables 15 días. Se crea
un superministerio de economía, dejando algunos heridos.
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