(Montevideo, 10 junio 1905 - Montevideo,
2 julio 1983)
Horacio Antonio “Pintín” Castellanos
Alves, fue un pianista, compositor, letrista y director consustanciado con el ambiente orillero, aún presente en los años
de su infancia. “Cuando repiqueteaban las
lonjas de los negros candomberos en los parches de sus tambores. Y cuyo eco se
anidó en el taconear del bailarín compadrito. Las melodías populares nacieron
conmigo en espíritu y con ellas convivo hace muchos años y tengo una actividad afectiva
como autor e intérprete. Contaba sólo 14 años de edad cuando ya surgía mi primera
composición, un tango: El pirata”.
No existen mayores referencias a su
actividad previa al año 1933. Pero ese año ocurrió un hecho en un club nocturno
de Carrasco donde tocaba el piano, que cambiaría su vida, cuando una noche
brindó al público un nuevo tema suyo, un tango al que tituló La
puñalada, con cierto aire de milonga. En ese título descansará toda la
fama de Pintín.
En 1939, Castellanos formó su orquesta en
la que estaba como primer violinista Alfredo Gobbi y cuyo cantor era Eduardo
Ruiz, reemplazado más adelante por Enrique Campos, con la que actuó en El Palacio de la cerveza
de la calle Yatay de Montevideo. Castellanos privilegiaba lo rítmico, la
percusión, por eso en sus creaciones abundan las milongas y candombes.
En 1943 grabó en Buenos Aires con su
Quinteto Canyengue, otros 16 temas de su autoría al piano con acompañamiento de
tamboriles o bien con el guitarrista uruguayo Zabaleta y bandoneón, todos obra
de su inspiración: el bolero Adiós (La tarde que partí); el
candombe Bronce; las milongas Academia, Aprontate, Meta
fierro.
Algunos intérpretes grabaron otras obras
de Castellanos además de La puñalada. En primer lugar Juan
D'Arienzo, que registró el tango Don Horacio (1947) y, en versión
instrumental, las milongas A puño limpio (1950), Barrio
de guapos (1958), Candombe oriental (1941), Cajita
de música (1940), La endiablada (1955), Meta
fierro (1939), Me gusta bailar milonga (1944), Peringundín
(1953), El potro (1949), El temblor (1938), Tirando
a matar (1942) y además, Chaparrón (1946) con letra de
Francisco García Jiménez y Candombe rioplatense (1943), con la
de Carmelo Santiago. Otros que llevaron al disco obras suyas fueron Julio De
Caro y Enrique Rodríguez.
Pintín Castellanos escribió el libro “Entre cortes y quebradas”, editado en
Montevideo en 1948, en cuyas 95 páginas hace 22 comentarios sobre su querida
ciudad y sus costumbres desde la época de la Colonia en adelante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario