FÁBULA
Reino Animal
La coneja Marieta y
el conejo José
Del perro hasta el caballo se vistieron de etiqueta para ir
al casamiento de la coneja Marieta. La fiesta se fue animando con un montón de
invitados, la liebre, el pato y el chancho, un coatí y bichos colorados.
Archivaldo el cocodrilo leyó un discurso en lunfardo, que
fue aplaudido por todos desde un puma a un leopardo. Comieron sin tener control
el hipopótamo Terija, con el canguro Anacleto el sapo y la lagartija.
¡Qué preciosa está la mona dijo
la gata Símeona. ¡Que gorda tonta la vaca! criticó la foca Ciriaca. Y al pasar
muy elegante le gritó el elefante con su voz aguardentosa ¡Cállate vieja
chismosa!
La lechuza misteriosa desde una rama les chistó y a los
saltos una rana por la ventana se metió. El flamenco y el
avestruz a los novios saludaron junto al búho y la comadreja y larga prole
pronosticaron.
La madrina era una oveja y un cordero salió padrino, una
torta de nueve pisos fue hecha por un zorrino. El puercoespín, un castor, el
guanaco y el cangrejo se hicieron presente, con el zorro y el pájaro
carpintero, la mulita y el gorila Don Valente. La garza, el cardenal, la
cigueña, el pelicano, la cotorra y un hornero, también el pavo, un cabecita
negra, el chajá, una calandria y el tero. Con un colibrí y una perdiz voló
silbando un zorzal, haciendo dúo con una alondra en una serenata sentimental.
Una serpiente con recelo arrastrando un cascabel, les trajo
con su presencia su brindis en ese vergel. Y se unieron el escarabajo, el asno,
un canario y el tucán, la urraca, un tordo, el gorrión y un loro que recitó en
alemán. Justito al ponerse el sol cantó el gallo de Morón y el tigre con una
hiena entonaron una canción. El oso polar con el león se tomaron una ginebra y
la pantera y el ciervo compartieron con la cebra. Alegre se puso a tocar una jirafa la guitarra y para seguir la
farra el mapache un acordeón. Se devoró un
salchichón el toro con mucha hambre y ágil por
un alambre apareció un gato montés. Un lobo hablando en inglés comenzó a contar
un cuento y después por sentimiento con un camello jugó ajedrez. Como un Arca
de Noé de fantasía se agruparon insectos y animales con aves de plumajes
coloridos respetuosos, unidos y formales. Procedían de selvas y bosques, del
campo y de la ciudad,
ejemplares mansos y salvajes y fieras tan temidas de verdad. Se aunaron el ñacurutú, la cigarra, el águila, un
buitre y el visón, el cóndor, un carancho y el armiño, la
mamboretá, un cebú y el halcón. Vinieron la gacela, el antílope, un alce, el chivito y un papagayo, el martín
pescador, la codorniz, el cuervo, un mirlo y el cobayo.
La ardilla, un grillo, la
golondrina, una grulla, la chinchilla, el ocelote, la llama, una tijereta, el
chingolo, el oso panda, la vicuña y el coyote. La marmota, un pecarí y el
chimango, un peludo, la morsa y el pingüino, la nutria, una cachirla
y una iguana, el reno, un albatros y el lobo marino. Sobresalió entre los
comensales Demetrio el ñandú de fama veloz, que era cantor y muy gardeliano y fascinaba
por su melodiosa voz. Siguieron entrando el reyezuelo, la
vizcacha, el lirón y el gavilán, la gallareta, el ruiseñor y el jilguero y un
atrayente y enigmático faisán.
El erizo, el oso hormiguero, la agachadiza, el quetzal, un
huemul y el ornitorrinco, un okapi, el ayeaye, el kiwi, un mochuelo, el aguará
guazú, la oca y el quirquincho. El petirrojo, la alca y el almizclero, la
torcaza, el siete colores y el alcotán, un urutaú, el aguzanieves, la cacatúa, el
alcatraz, una alpaca y el alcaraván El abejaruco, un milano, el cuclillo, la
abudilla , el chorlito y un pinzón, el ara, un
vencejo , el urú, un alimoche, la tórtola, una chachalaca y el airón. El ataja
caminos, la avoceta, el alcaudón, un ave lira, eI
serpentario y un trompetero, el rabilargo, una
corneja, el gato siamés, un buey, el arrendajo, el agutí y el ostrero.
Un yaguareté, la monjita y el corzo, una onza, el estornino,
un camaleón, el armadillo, el gamo, una curruca,
el tití, un dromedario y el verderón. Con el benteveo y la paloma llegó esa
noche una gaviota que volando venía de alta mar y tenía de apelativo “La Porota”.
Al compás de una tarantela los novios felíz
bailaron y en ese gran Reino Animal todos juntos se alegraron. El conejo
agradeció emocionado por los regalos y las atenciones, a quienes habían
convidado complaciendo así sus corazones. Los fotógrafos fueron el tapir, un bisonte, el lince y el hurón, con un jaguar, el
venado, un chacal y el chimpancé en la filmación. El servicio de mozos y
confitería fue bien atendido y muy variado y estuvo
a cargo de los familiares de la pareja nupcial homenajeada. El cura del
casamiento de José y de la Marieta, fue el búfalo del Convento que los casó en
camiseta.
Los ayudantes monaguillos del acto de ceremonia, fueron el
topo Toribio y el carpincho de la Noria. Los testigos que salieron de esa unión matrimonial, por amistad muy sincera son
el ganso y el pavo real. Una gallina cacareando en aquel gran salón penetró y a
los pollitos los contó por si le faltaba alguno y en instante oportuno un cisne
blanco la picoteó.
Con tangos, valses y milongas un sexteto que allí integraba,
cinco monos y una cabra al matrimonio los agasajaba. Así aplaudidos y abrazados
se fueron a la madrugada rumbo a una luna de papel con hortalizas tiernizada.
Cuando el día ya avanzaba cada uno fue por su
lado, la tortuga y el lagarto acabaron con el helado y el rinoceronte borracho con
el jabalí salió mareado.
La luciérnaga apagó las luces y esta fábula se ha terminado.
El escuerzo atrapando moscas se quedó con la boca abierta y el ciempiés muy
apurado de una patada cerró la puerta.
Moraleja
Si el Reino Animal fuera de verdad respetuoso, unido y
formal, podría ser un gran ejemplo para todos los seres humanos que habitan la
tierra, pero es lamentable porque sólo es una fábula y la realidad es otra.
Eduardo Visconti
Día de la Primavera -
21/9/2016
Dedicado a todos los
niños y a los que no son también
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