sábado, 30 de marzo de 2019

PRIMERA PÁGINA EDITORIAL ABRIL 2019

EDITORIAL AL Nº  286 - DE ABRIL DE 2019





Entre la naturalización, la fantasía, la mentira y la ficción, transita un gobierno que sumió al país en un estado de parálisis total: política, social y económica. La permanente ficción, en los últimos meses de gobierno, revela una vulgar reedición apócrifa del libro “Ficciones”, con el que Jorge Luis Borges ganó el Gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores en el año 1944. Los relatos de aquella obra encajan “a medida” con los de los “CEOs” –y no tan CEOs– que rigen hoy, desafortunadamente, los destinos del país.
En la fárrago de aquel entorno, todo se mezcla, hombres de negocios, evasores en paraísos fiscales, espías, funcionarios judiciales y hasta operadores como el último “especialista” de la confianza oficial, Marcelo D’Alessio, para colmo además falso abogado, extorsionador y delincuente, fotografiado en animado diálogo con ministros, jueces y fiscales. Un verdadero bochorno felizmente investigado por el Juez Federal de Dolores Alejo Ramos Padilla.
¿Quiénes se jactan de denunciar “la brecha” como si ésta nunca hubiera existido? La brecha existe en el país desde 1810, cuando aún no estaba constituido como tal y era apenas una colonia emancipada y jaqueada por los imperios español e inglés.
 Pero ¿qué es “la brecha”? Etimológicamente el concepto se refiere según el diccionario a una derivación del vocablo franco breka (roto), utilizado para nombrar una rotura, resquicio o abertura.
 Sin embargo existen brechas que son sociales, culturales o políticas y fueron creadas y ensanchadas por quienes desde posiciones de poder se apropiaron del esfuerzo ajeno; no fueron creadas puntualmente durante el gobierno anterior como afirman al que le atribuyen el origen de todos los males, sino que vienen de muy lejos y en la actualidad fueron ensanchadas profundamente por el actual poder de turno.
Escribía Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888) en su Facundo, en el año 1861: “No somos ni industriales ni navegantes, y la Europa nos proveerá por largos siglos de sus artefactos a cambio de nuestras materias primas”.
Pero para hacer realidad tal proyecto había que terminar con “los malos ejemplos”, como el Paraguay de Francisco Solano López (1826-1870), que transitaba un desarrollo industrial independiente que había alcanzado sin necesidad de endeudarse con ninguna banca extranjera. Para ello provocaron a instancias de Inglaterra la “Guerra de la Triple Alianza” (1865 a 1870), que al finalizar sumergió al Paraguay en un país en ruinas e hizo desaparecer prácticamente a toda su población masculina.
Además, como producto de la misma, produjo el endeudamiento de Argentina, Uruguay y Brasil, mientras que en lo interno acaeció la eliminación física de los llamados “caudillos”, como Felipe Varela (1821-1870), líder del último pronunciamiento del interior, contrario a la Guerra del Paraguay y a la hegemonía política de la provincia de Buenos Aires.
En esta etapa histórica se ensancha la brecha que hoy pretenden “descubrir” y se revive el proyecto sarmientino de país agroexportador sin industrias, retomado actualmente por Mauricio Macri, Eugenia Vidal y toda su tropa de verdaderas “bandas” que tomaron por asalto el país.
 Sin embargo, para que aquello ocurra, deben refundar un país para sólo la mitad de los 45 millones, privando al resto de todo derecho: jubilaciones precarias, escaso pan y mucho circo (como el discurso del presidente del 1º de marzo, haciendo centro en la mentira más descarada jamás vista antes, y claro está con un apoyo adicional mediático-judicial).
El gobierno navega en un barco sin timón, en un país irreal, ficticio, artificial, con un naturalismo delirante, y goza del apoyo adicional y desembozado de los Estados Unidos para mantenerse servilmente a su servicio.
 Todo hoy hace agua con el caso D´Alessio, que le explotó en las manos al poder y que resulta ya imposible revertir, tras la valentía del juez Ramos Padilla y del masivo apoyo popular movilizado que lo respalda.
Sin embargo existen aún importantes núcleos de ciudadanos afectos al “mentime que me gusta”, y hay una clara voluntad en el gobierno de no descuidar su aparato represivo fenomenal y bien aceitado.
 PERO COMO NADA PUEDE QUEDAR DESPROTEGIDO EN ESTE AÑO ELECTORAL, PRETENDEN, SI FUERA PRECISO, LA INSTANCIA FINAL DEL FRAUDE CADA DÍA MÁS PROBABLE, AUNQUE PARA ELLO DEBAN AFRONTAR LA REACCIÓN POPULAR QUE TAL DISPARATE DESENCADENARÍA.

                         Hasta la Próxima








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