sábado, 2 de marzo de 2019

PLAZA ALMAGRO


Plaza Almagro: el verde, las rejas y los millones derrochados en juegos




Ante los ajustes y despidos excesivos por un lado, y los gastos que se vienen realizando sistemáticamente, especialmente en reparación de veredas y rimbombantes juegos infantiles en los escasos espacios verdes de las Comunas 3 y 5 (especialmente en los barrios de Balvanera y Almagro), es necesario encender las “luces rojas”.
En momentos en los que se pretende cerrar escuelas –como la de Cerámica de la calle Bulnes en Almagro–, en que los secundarios nocturnos penden de un hilo, en que intentan unificar con el proyecto UniCABA los 29 institutos de formación docente –aunque la comunidad académica lo rechaza–, todo esto sumado a la mutilación del Parque Rivadavia, por donde proyectan abrir una calle, al desabastecimiento hospitalario y a la falta de mantenimiento de los edificios escolares, los vecinos no pueden mantenerse al margen, sino reaccionar ¡antes de que sea demasiado tarde!.
Tanto Balvanera como Almagro solo tienen apenas 1,5 metros cuadrados de verde por habitante, al igual que Boedo y San Cristóbal, ambos de las mismas Comunas, cuando la OMS recomienda como mínimo entre 10 y 15 metros.
Es un despropósito malgastar millones de pesos en “modernos” juegos, como los de Plaza Almagro y la plazoleta de Medrano y Bartolomé Mitre, en la que solo prima el cemento y carece de sombra.
Volviendo a Plaza Almagro la única plaza del barrio, se cercaron en absoluto la totalidad de los canteros verdes, convirtiéndola en un “cuadro” para ver, no tocar ni pisar. Se plantaron especies en demasía, y no queda un solo lugar en el que el vecino pueda colocar una lona para recostarse. Sólo se pueden concentrar en el centro de la misma, sobre el piso de cemento, saturado los fines de semana.
Se trató de hacer toda una ceremonia preparada para la inauguración de los juegos, con muchos funcionarios y la TV pública al servicio, pero los vecinos reaccionaron a tiempo y pusieron en fuga a quienes pretenden hacer proselitismo de las propias obligaciones y de sus funciones.
Hoy, con el fin de preservar, se pretende cercenar con rejas el mínimo movimiento de quienes tienen solo este pequeño pulmón para esparcimiento, lo que resulta tan insuficiente como odioso en momentos en que también los desplazamientos se ven restringidos debido al alto costo del transporte (tarifazo de por medio).
Se hace urgente llamar a los vecinos a través de sus Consejos Consultivos y sus Comuneros, a una consulta de cómo salir del atolladero. ¡Basta! de ningunear a las Comunas, que ni tienen presupuesto de funcionamiento.
Se hace más que urgente comenzar con las obras del “Corredor Verde al Oeste” y habilitar la construcción de la pequeña placita de Pringles y Rocamora, que los vecinos vienen reclamando sin éxito hasta el momento, a pesar de sus constantes movilizaciones.
Hoy en un año electoraltodo sirve con fines proselitistas y el gobierno local lo aprovecha en su beneficio de una manera parcial e injusta y peor contra las necesidades y aspiraciones de los vecinos.
¿Hacen falta espacios verdes? ¡Sí! Pero no derrochar en juegos más que redundantes y rimbombantes en la única plaza del barrio, cuando las escuelas se vienen abajo, no hay materiales didácticos, los maestros ganan sueldos de miseria al igual que médicos y enfermeras de los hospitales, y se cierran los nocturnos.
 Por ejemplo, Almagro no tiene un hospital, y el GCABA no transige en dotar al CESAC 38 de la calle Medrano, habilitándole el resto de los pisos hoy en desuso, con nuevas especialidades, radiografías, análisis, odontología y más.
Son materia pendiente, en lugar de tantos discursos y chichoneo por las redes sociales.
                                                          
                                                        Marta Romero





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