La misión de
darles visibilidad a los sectores relegados
En su taller ubicado en el barrio de Balvanera, María Massone se muestra felíz. Esta
Doctora en Lingüística egresada de la Facultad
de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires se acaba de jubilar
como investigadora del CONICET después de 36 años de ardua actividad, abocada
al estudio de la lengua de señas (LSA), en apoyo constante a la comunidad
sorda. A partir de ahora se dedicará de lleno a sus dos pasiones: el arte –escultura
en vidrio y grabado– y la poesía.
Massone nunca tuvo dudas
respecto a su vocación: “La lingüística siempre me encantó, de
chica. Me gustaba mucho leer, entender las diferencias entre las lenguas.
Cuando yo empecé a estudiar la LSA, todavía no se había hecho nada desde el
punto de vista lingüístico. Se creía erróneamente que la LSA no era una lengua,
que no tenía gramática, que era universal. Yo me ocupé de describirla a nivel
gramatical. En Argentina y en el mundo era una lengua marginada, que se prohibía
en la escuela. Como yo soy medio rebelde, me gustó también por ese lado, para
luchar por los derechos de la comunidad sorda, que estaban vulnerados. Es la
comunidad que despierta más resistencia de la sociedad porque utiliza una
lengua gestual, no hablada. Yo me jubilé como investigadora pero sigo
trabajando con los sordos y voy a seguir hasta el día que me muera porque asumí
un compromiso de por vida con ellos”, manifiesta con emoción.
La lingüista no sólo es una
verdadera autoridad en el área de la LSA sino una pionera en introducir el tema
en el país. Es autora de 150 publicaciones entre libros, artículos en revistas
y ponencias en congresos. Su obra más relevante es el Diccionario Bilingüe de LSA Español-Inglés –el primero en su tipo– editado
por Sopena en 1993, que le llevó siete años y fue su tesis doctoral. Para
elaborarlo consultó a 300 sordos sobre el uso de cada seña, el significado, la
posición de la mano en el cuerpo. Asimismo, dictó seminarios al respecto en
distintas universidades.
Hace trece años Massone empezó
a incursionar en el arte. Se formó en escultura en el taller de Carlos Herzberg
y de Ángeles Gaviña, y terminó especializándose en escultura en vidrio. Su
predilección por este material se debe a que “parece que tuviera vida propia”.
Posteriormente aprendió grabado, técnica con la cual quedó fascinada porque –señala– es
como “jugar
con herramientas chiquitas”. Por eso, actualmente está muy focalizada
en el grabado aunque seguirá realizando esculturas pequeñas en vidrio.
Participó en numerosas
exposiciones colectivas en el país: en el Salón del Vidrio de Berazategui, el
Espacio de Arte-CONICET, Arte Clásica, la galería Braque, las Gallery Nights. También
expuso en España, en la Fundación Amezcúa (Barcelona) y en Tarragona. Una obra
suya fue seleccionada para integrar el Salón Nacional de Escultura 2010. En
junio estuvo presente en la muestra Sillas
intervenidas en el Centro Cultural Borges.
"DALEY DESCANSA": DE LA SERIE DE MUJERES TRANS, XILOGRAFÍA; MENCIÓN SALÓN ARTES VISUALES 2014 |
Las cuestiones que más aborda
en el arte son la mujer y el cuerpo escindido. Un grupo de grabados que alcanzó
gran repercusión es la Serie Mujeres Trans: “Les pregunté qué les parecía la
obra –inspirada en ellas– que yo estaba
haciendo. Me dijeron que les gustaba y entonces posaron como modelos para mis
grabados. Propongo otra estética de la mujer, no la tradicional, paternalista,
machista. Soy bastante feminista, integro el Museo Argentino de Artistas Plásticas,
un museo virtual. Hay mucho paternalismo en el arte, debemos revertirlo. Las
mujeres tenemos que pelear para reivindicar a la mujer artista”, expresa con vigor.
Dicha serie le permitió
conquistar el premio más significativo entre los tantos que logró: una Mención
en Grabado en el Salón Nacional de Artes Visuales 2014 –Palais de Glace– por
su obra Daisy descansa (xilografía). Este
grabado tiene una importante carga simbólica, ya que se trata de una mujer
trans de la Villa 31, semidesnuda, recostada en un sillón con los edificios
altos de la gran ciudad de fondo.
Ahora dará un paso trascendental
en su carrera: su primera muestra individual –Ofrendas–, que profundizará en el tema de
las mujeres trans. Constará de 40 grabados, 15 esculturas y algunas
instalaciones donde el público podrá interactuar. Se desarrollará del 3 al 24
de septiembre en el Centro Cultural Paco Urondo, situado en 25 de Mayo 201.
Asidua lectora en la
infancia, otra faceta que cultiva Massone es la de escribir poesía. Lo hace
desde los 15 años pero no se considera poeta: “Yo regalo mi obra artística. Es
interesante, es salir un poco del arte elitista que sólo pretende hacer para vender.
La poesía no la publico, la regalo por Internet”. Como referentes de su obra poética
menciona a Góngora, Quevedo, Lope de Vega, Mallarmé, Rimbaud. Algunos de sus
poemas están escritos en inglés, y en otros utiliza el peculiar recurso de mezclar
el español con el inglés, el francés, el catalán y hasta el quechua.
Porteña de ley, le dedicó un
colorido poema a la ciudad –Mi Buenos Aires
querido– y tres conmovedores a sus hijos, uno de los cuales es Alquimia: “Atrévete a cruzar el dintel / mira en las grietas el
porvenir / audaz sumérgete en ese espacio / descubre intrépido el ulular del
viento / resuelve el fuego, la tierra, el cielo, / supone / sobrevive / tus
garras de guerrero muestra / y sin temor mira / tu alquimia”.
Laura Brosio
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