ALUBA-FUNDALUBA
en Pozos 2193
La
patología alimentaria y el miedo a crecer
En la actualidad
la patología alimentaria está muy extendida en todo el mundo, afectando sobre
todo a adolescentes y jóvenes del sexo femenino. Afortunadamente, hay entidades
que desarrollan una labor encomiable en relación a la prevención y al tratamiento
de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA). Una institución
verdaderamente pionera en la materia es ALUBA-FUNDALUBA
(Asociación de Lucha contra la Bulimia y
la Anorexia), sociedad civil de bien público, sin fines de lucro, creada en
1985. La sede central de la entidad se encuentra en Combate de los Pozos 2193 (CABA). También cuenta con una subsede en
la localidad bonaerense de Banfield.
ALUBA-FUNDALUBA
fue fundada por iniciativa de la Dra.
Mabel Bello junto a un grupo de padres de pacientes que la profesional
había atendido cuando era jefa de Psiquiatría del Hospital de Gastroenterología
Dr. Carlos Bonorino Udaondo de la Ciudad de Buenos Aires. En 1985 la doctora y
su equipo crearon el primer programa abocado a la patología alimentaria a nivel
nacional en dicho nosocomio, cuando en nuestro país se conocía muy poco acerca
de la bulimia y la anorexia. Actualmente la Dra. Bello es la directora médica y presidenta honoraria de
la asociación.
Los principales
síntomas de la anorexia son rechazar la comida con cualquier excusa o comer
extremadamente poco, no querer comer en casa, cortar la comida en porciones
mínimas, masticar mucho, comer e ir a vomitar, tomar laxantes o realizar excesivo
ejercicio físico. Respecto a la bulimia, comer a escondidas, sufrir recurrentes
atracones en los que la persona siente que pierde el control sobre la comida y
vomitar. Esto conduce a un peso corporal significativamente bajo en relación
con la edad y el sexo. La persona se ve o se siente gorda a pesar de estar muy
delgada. El paciente no suele tener conciencia de su enfermedad. Si no se tratan
a tiempo, en los casos más graves estas patologías pueden llevar a la muerte.
LA DOCTORA MABEL BELLO
“Después de
analizar cientos de casos y ver que todos los pacientes tenían una enfermedad
psíquica asociada a la bulimia y la anorexia –como alcoholismo,
drogadicción, bipolaridad, trastorno obsesivo–, nos dimos
cuenta de que la patología alimentaria no era un problema de la alimentación sino
que era un problema del crecimiento. Cuando la persona que está madurando, por
alguna razón, que es el perfeccionismo, la rigidez, la falta de empatía en un
caso o la variación de las emociones en otro, le impiden comunicarse con
fluidez y aceptar su proceso de maduración. La patología alimentaria tiene
mucho que ver con el miedo a crecer y el miedo a las responsabilidades. El
origen es 40% genético y el 60%, cultural. Les pedimos a los padres que piensen
que criar un hijo no es consentirlo sino ayudarlo a adaptarse a la vida”, sentencia la
Dra. Bello.
El tratamiento que
ofrece ALUBA-FUNDALUBA es grupal, centrado en la autoayuda. Los grupos están
divididos por edades: hay grupos de niños, de adolescentes y de adultos. El
tratamiento contempla un abordaje integral del paciente, teniendo en cuenta los
aspectos psicológicos, psiquiátricos y clínicos. Hay una permanente supervisión
de un equipo interdisciplinario conformado por psiquiatras, psicólogos, médicos
clínicos, endocrinólogos, ginecólogos, nutricionistas, asistentes sociales, psicopedagogos
y docentes, todos especializados en TCA. El tratamiento está organizado como
Hospital de Día y está dividido en tres etapas o módulos con distintos
objetivos a cumplir. Los pacientes concurren de lunes a viernes de 8 a 17 horas;
tienen grupo de autoayuda (terapia de grupo) todos los días y psicoterapia
multifamiliar cada quince días. En tanto, la otra modalidad es el denominado
Grupo Externo, en el cual los pacientes asisten tres veces por semana, con una
duración de 90 minutos por sesión, cuando tienen una sintomatología leve o cuando
deben sostenerse económicamente y por lo tanto no pueden dejar de trabajar.
“Armamos un
tratamiento enfatizando en la comunicación. Siempre trabajamos en grupo porque
sabíamos que estas patologías son adictivas y que las adicciones se trabajan
mucho mejor en grupo porque cuando un grupo se conecta con un psicólogo que lo
ayuda, los pacientes se juntan por sus partes sanas y mejoran mucho más rápido.
Trabajamos con los padres de los pacientes en lo que llamamos entrenamiento
familiar. Los pacientes tienen clases de danza y clases de teatro en donde
pueden aprender a comunicarse. También hay asambleas donde los pacientes
debaten sobre sus problemas, sus temores, se ayudan mutuamente. Además,
favorecemos el aprendizaje a través del estudio o del arte. Los ayudamos a
comenzar emprendimientos (venta de aritos, cajitas). Así aprenden a ganarse la
vida y a mirar el futuro con confianza”, remarca la Dra. Bello.
El paciente
recibe el alta una vez que pasó mucho tiempo desde que dejó atrás la patología
alimentaria o cualquiera de las otras
patologías, toma su medicación correctamente, tiene un proyecto de vida, en
definitiva, está apto para vivir la vida normal y ser autónomo.
ALUBA-FUNDALUBA
logró trascender las fronteras siendo reconocida en Europa por el alto índice
de recuperación de sus tratamientos. La asociación recibe pacientes de todo el
país y del exterior, y desarrolla tareas de investigación. Desde su creación
atendió más de 20.000 consultas y actualmente brinda tratamiento a 2.000
pacientes activos. La entidad ofrece, además, charlas gratuitas sobre patología
alimentaria los martes y jueves en su sede. En el campo de la docencia dicta el
curso anual de posgrado sobre dicha materia para médicos y psicólogos desde
1992 con el auspicio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos
Aires. Cabe destacar los numerosos alumnos de distintas universidades que año
tras año realizan pasantías en la institución.
Laura
Brosio
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