UNA DE LAS GARITA DEL BARRIO SOBRE RIVADAVIA
Hoy
peatón mañana conductor: las Garitas de Tránsito del barrio
Estimados lectores,
la foto que verán en esta página corresponde a la avenida Rivadavia, en el
barrio, en el año 1940.
La distancia al día
de hoy es de 84 años, el número asusta, pero no es tan lejano. Muchos de
ustedes comparten la vida con personas de esa edad o se los han festejado hace
poco.
Volvamos a la
fotografía, sí ya sé qué pensaran ¿qué hace el vigilante en medio de la
avenida, o cómo se atreven los señores a cruzar en diagonal en medio de los autos?
Para los que no
vivieron esa época o para quienes no sepan que el primer semáforo eléctrico se instaló
el 31/12/1958 en la intersección de las avenidas Leandro N. Alem y Córdoba, antes
de su bienvenida el puesto lo ocupaba el
vigilante en la garita, que dirigía el tránsito y el paso de los
transeúntes. Estas garitas se colocaban en el cruce de las avenidas o en calles
de doble mano, con circulación de tránsito intenso en horas determinadas, o
sea, que el vigilante subía a ella, hacia su trabajo y se retiraba. ¿Y en el
cruce de las calles de los barrios? No eran necesarias en esa época, los
conductores cedían el paso al peatón y respetaban a los demás automovilistas.
Los autos tenían motores que solo podían
ir a una velocidad máxima que hoy sería la mínima, creo que el hombre que iba cruzando la avenida iba más rápido
que los autos. Las calles eran empedradas, lo cual era otro motivo para no ir a
una velocidad alta, ya que se debía cuidar el sistema de suspensión, porque el
daño a los amortiguadores, que eran los encargados de absorber los impactos
provocados los adoquines, dañaban y podían modificar la distancia de frenado,
entre otras circunstancias. También convivían los colectivos con los tranvías,
pero hay algo que sobrevolaba en aquellas épocas, “el respeto, los hábitos y buenas costumbres, la empatía”. Hay
algunas normas básicas que sí se
cumplían: PARE, CEDA EL PASO AL PEATON, CEDA EL PASO AL VEHICULO QUE
CIRCULA A SU DERECHA, TOQUE LA BOCINA EN CASOS DE SUMA URGENCIA (para prevenir
la ocurrencia de un accidente). Lamentablemente, usted debe pensar que hoy
un vigilante estaría mirando su celular, que los autos son manejados en algunas
circunstancias por personas que no respetan el grado de alcohol permitido para hacerlo
y se llevarían puesta más de una garita, que el peatón espera que doblen los
colectivos y autos para poder cruzar por la senda peatonal. Si ya sé lo que
está pensando, pasaron más de ocho décadas, la tecnología avanzó, los autos
estacionan solos, el celular nos comunica en minutos (cuando hay señal) con
cualquier parte del país y del mundo, que éramos en esa época estimativamente
15 millones de habitantes y hoy somos 46 millones, que antes no todos podían
llegar a tener un auto… Pero no debemos olvidar de las normas de tránsito, si
las cumpliéramos, no importaría todo el cambio producido en el transcurso de
las décadas, no tendríamos que colocar en las esquinas la estrella amarilla con
el propósito de mantener viva la memoria de quien perdió la vida en un hecho
vial que, como la gran mayoría, pudo haberse evitado, y generar conciencia
respecto de que todos nosotros podemos ser la próxima víctima o incluso
victimario.
Ojalá esta nota sirva
para que cada uno ponga su granito de arena, no nos olvidemos que la playa se
formó sumando cada uno de esos granitos de arena.
Lucas Giannotti
Periodista
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