EDITORIAL AL Nº 279 – SEPTIEMBRE 2018
“Que se haga justicia aunque
se desplomen los cielos”, pero como en nuestro país no la
hay, entonces: “Que haya circo” para
suplir la justicia como así también la falta de pan.
Y para quienes les desagrade el circo: ¡palos y más palos!,
para eso pertrecharon a las fuerzas represivas de Bullrich, para las que no hay
ajuste.
Se puede afirmar hoy –con seguridad–
que todos los argentinos están en “libertad condicional” tras la llamada "doctrina Irurzun" y
al mediatizado –hasta el cansancio– “caso de las fotocopias” del
remisero Centeno (que habla como Monzón y escribe como Borges).
Por lo escrito en unos supuestos
cuadernos Gloria meten en cana a cualquiera, se basan solamente en unas
fotocopias de dudosa autenticidad, imperitables, mientras los originales no
aparecen; pudo haberlos escrito cualquiera y en cualquier tiempo. La causa es nula de nulidad absoluta, imposible de sostener en el
tiempo. El país se encuentra despojado del estado de derecho.
“Que se haga justicia aunque
se desplomen los cielos”, sin embargo hay presos sin sentencia firme y arrepentidos, arrepentidos
que no se sabe de qué, que están
en libertad.
Bonadío y Stornelli, juez y
fiscal, son sujetos residuales de una justicia en espantosa descomposición (las
encuestas la dan como la más corrupta en el 90%), además manipulada por el PE y
los medios hegemónicos.
Todo el armado de las
fotocopias se tramó con el fin de tapar la corrupción propia de un gobierno perdido
en la neblina, descontrolado y sediento de mentiras, que no sabe qué responder ante los “aportes truchos” a sus propias campañas,
escondiendo la grave situación que vive la población, con permanentes despidos,
carestía, bajos salarios, con las reservas en un tobogán sin piso, un riesgo país
por las nubes y la huida de divisas que dilapidó en un mes más de 8.000
millones de dólares del préstamo del FMI con grandes condicionamientos.
Hubo blanqueo de capitales en
el exterior y también blanqueo de corruptos. El núcleo duro gobernante se
aferra a la persecución política con las artimañas del partido judicial. Algo impensado en cualquier país medianamente
civilizado del mundo.
Vuelven a
resucitar la famosa herencia recibida, o la crisis en Turquía, sin reconocer
errores y horrores de una gestión que siempre anduvo a los tumbos. Pero lo que
no previó el gobierno fue que el asunto se le escapara de las manos y le está
salpicando feo.
Empero el otro
objetivo que impulsa la campaña gubernamental-mediática, es el reemplazo
empresarial de los “nacionales” por empresarios de los Estado Unidos, en una
repetición de la nefasta política menemista de “relaciones carnales” –¿se acuerdan?
–.
La campaña para
las elecciones de 2019 está más cercana de lo que parece, hasta se habla de
“adelantamiento” y ya son ya varios los candidatos “anotados” en la puja,
algunos solapadamente, otros en forma directa, pero lo que se anticipa es una
campaña intensa y con reglas poco santas.
Al fantasma
de los aportes truchos que compromete peligrosamente a Cambiemos –y con el gobierno negándose a asumir responsabilidades, delegando
las mismas a personajes secundarios–, se suma la
denuncia del ex CEO de Cambridge
Analytica, Alexander Nix, que admitió
en una audiencia de la Comisión de Asuntos Digitales, Cultura, Medios y Deporte
del Parlamento británico que había trabajado en una “campaña anti kirchnerista” en las elecciones del 2015, pero se negó
a revelar la identidad de su cliente.
Por otro lado, ante la
caída estrepitosa de la imagen de Mauricio Macri, crece el nerviosismo en
Cambiemos, por la necesidad de buscar al candidato alternativo sustitutivo que
se oponga al “Gran frente amplio” que preparan los sectores del kirchnerismo y otras
fuerzas opositoras.
Mientras, el gobierno intenta involucrar
a personajes nefastos de la política, que desde hace mucho no componen el bando
peronista, y mucho menos el popular, que colaboraron estrechamente con el
gobierno, y vale hacer algunos nombres:
Pichetto, Massa, Bosio, entre otros que no dejan de derramar ponzoña.
La política gubernamental es entonces
“embarrar la cancha” para cubrir los fracasos propios, y coherentemente con todo lo
actuado durante estos casi tres años pretende “culpar al otro”, no importando cuántas mentiras se inventen.
En el mismo terreno se montan
nuevos y espectaculares allanamientos, sin las garantías mínimas que establecen
las leyes, como los de los domicilios de Cristina, algunos
allanados ya cuatro veces, montando rimbombantes shows mediáticos.
Y una reflexión final de las diferencias entre gobernantes latinoamericanos: Maduro de Venezuela fue
colectivero, Evo Morales de Bolivia campesino, en cambio Mauricio Macri fue y
es empresario. ¿Será casualidad o más bien una
deliberada causalidad?
Expresaba el antiguo proverbio, posiblemente romano: “Que se haga justicia
aunque se desplomen los cielos”, pero en Argentina ¡¡¡de justicia, nada!!!
Hasta la próxima
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