El Centro
Gallego de Buenos Aires en Balvanera
La historia del Centro
Gallego de Buenos Aires comenzó el 2 de mayo de 1907, y hoy a más de 100
años de existencia se encuentra en pleno proceso de
desintegración. El otrora gran hospital que dio cobertura
a tantos emigrantes durante tan largo tiempo es hoy un sanatorio semiderruido,
lo mismo que el resto de las instalaciones de una propiedad de 34.000 metros cuadrados que arrastra las
consecuencias de la falta de mantenimiento. Desde que la Xunta pagó 11 millones
de euros para desvincularse definitivamente de la sociedad, el CGBA aceleró su declive.
La actual crisis del Centro Gallego de Buenos Aires estuvo precedida por permanentes
movilizaciones, ollas populares y denuncias de los trabajadores a los distintos
organismos públicos, como el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Social, el
Juzgado N° 54, la Legislatura Porteña y el INAES.
Este último, fue el responsable de nombrar al
interventor, Martín Moyano Obarro, que tenía la tarea de sanear financieramente
y activar el hospital, que tiene capacidad para más de 350 camas, 6 quirófanos,
60 consultorios, lavadero, laboratorio, cocina propia, un teatro histórico como
el Castelao y una biblioteca con más de 20.000 volúmenes.
Pero lejos de estar siendo
"saneado", está siendo destruido por los funcionarios nombrados. De
los 5 pisos que funcionaban sólo quedan la guardia y 3 pacientes en el quinto
piso. Fueron cerrados contratos con más de 43 obras sociales y a los 4.000 socios que quedan aún no se les garantiza
la atención por falta de médicos, de insumos y de medicamentos.
Por otra parte, en cuanto a los trabajadores, se despidió, se persiguió y se estafó a
cientos de ellos con retiros voluntarios que fueron acordados en el Ministerio
de Trabajo y el sindicato ATSA. Nunca cumplieron con el pago de los mismos. A
los que resisten les deben 18 meses de sueldo, sólo les dan pagos de $ 1.000, de $ 500 o de $ 200 que no les alcanza ni para cargar la Sube. En este
contexto nacional de crisis a la medida del FMI, donde los tarifazos en los servicios públicos
sumados a la suba de alimentos y de alquileres, arrojan a millones a la miseria. Esta situación es la que
llevó a dos enfermeras al límite de querer quitarse la vida.
En Centro Gallego viene resistiendo desde
hace años y de esa resistencia surgió un nuevo cuerpo de delegados, que viene
visibilizando la situación del Centro Gallego en los distintos organismos.
Recientemente 4 delegadas fueron despedidas y reincorporadas por la lucha de
los compañeros y el apoyo de trabajadores de salud de otros hospitales.
Cotidianamente los planes del FMI, el
gobierno macrista y los gobernadores avanzan con la precarización laboral y la
desocupación, haciendo de la salud un privilegio para pocos. Son los verdugos
de ayer y de hoy, que proponen pagar la deuda ilegítima asfixiando a los
trabajadores y las grandes mayorías populares.
Vamos a seguir apoyando a las compañeras y
compañeros en su lucha. Apostamos a construir una potente fuerza social y
política para dar vuelta todo.
Marta Romero
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