EL SÁBADO 25 DE JUNIO DESDE LAS 16 HORAS EN EL PARQUE DE LA ESTACIÓN, LOGRADO POR LOS VECINOS TRAS LARGA LUCHA
Evocación:
Quién no recuerda su infancia y la tradicional “fogarata” de San Pedro y San Pablo,
Hoy, cuando la vida nos dotó de grises, canas y calvicies,
volvemos a y se conjugan muchas cosas, la amistad, la
religiosidad, el homenaje, la cordialidad y tantas cosas más.
El tango, recuerda aquellos días con el tango "San
Pedro y San Pablo" de Julio Huasi e Ismaél Spitalnik, y en su letra cita la fiesta popular que se
realizaba en aquellos días los días 29 de junio, con la tradicional fogata o
fogarata como más la conocíamos los pibes de entonces, sinónimo de: falla,
fogón, fuego, hoguera, lumbre, pira, etc…
La misma se realizaba
en las calles de nuestra ciudad en horarios nocturnos, tras largos meses de acopiar
en algún baldío, o en las ramas bajas de los árboles, ramas viejas, maderas en
desuso y partes de muebles, que los vecinos desechaban y donaban para el evento a nuestro
pedido, junto al aporte de ropas viejas para fabricar el típico muñeco
que iría en la cúspide de la pira de maderas.
Cuando llegaba el esperado día, en horas de la tardecita, se insertaba un tirante de madera largo,
empalmado con otro para obtener una importante altura y ubicar en su extremo
superior el muñeco tipo "espantapájaros", hecho con ramas y pajas, y
rellenando con la ropa vieja recolectada.
Finalmente, llegaban las primeras sombras de la noche, se
rociaba todo con "kerosene" y se encendía el fuego, lo que hacía
arder toda la pira.
Esta ceremonia se llevaba a cabo en todos los barrios y era
posible ver a pocas cuadras de distancia otras fogatas que iluminaban los cielos
porteños. Los chicos y los mayores se agrupaban junto a la fogata aprovechando
que su calor los abstraía por un rato del frío del invierno, bastante más fríos
que los actuales. En su entorno se
producían momentos felices entre los vecinos con risas y cantos, mirando cómo
se quemaba todo y fundamentalmente cuando las llamas alcanzaban al muñeco
ubicado en lo alto.
Finalmente, cuando se quemaba todo y quedaban solamente las
brasas, los participantes acercaban ramas secas o alambres, lo suficientemente
largos para no quemarse, con papas, batatas o ajíes pinchados en los extremos
para cocinarlos y luego comerlos entre ellos disfrutando de aquellas tertulias
barriales. Finalmente, las “viejas”, nuestras madres cómo se las llamaban
entonces, juntaban con palitas de metal, los restos de brasas, para el típico “brasero”,
para calentar las altas habitaciones de entonces, en los barrios de casas
chatas.
No investigábamos entonces el origen de la ceremonia,
importaba solo la misma en exclusivo.
Pero hoy cuando investigamos, descubrimos los distintos
orígenes, tanto el pagano, que data de mucho antes de Cristo, como el religioso
en homenaje a San Pedro, primer papa de
la Iglesia Católica y a San Pablo, el apóstol de los Gentiles, que fueron
ejecutados alrededor del año 67 por orden de Nerón.
SAN PEDRO Y SAN PABLO
(TANGO)
Tablones, sillas rotas, un catre y un cajón
La montaña se hará pronto una hoguera
Las viejas tendrán brasas, no gastarán carbón...
Y las caras serán rojos fantoches
Millares de fogatas habrá por la ciudad...
Surgirá la mañana en plena noche
Paloma y papa asada los pibes comerán
No hay comentarios:
Publicar un comentario