REPRESIÓN EN EL SUR
Santiago no se ahogó solo
Por JUAN ALONSO | 8 de septiembre de 2019
La Cámara Federal de Comodoro Rivadavia ordenó reabrir la
causa por la muerte de Santiago Maldonado. Dispuso investigar el rol de
Gendarmería Nacional durante la represión para determinar si hubo «omisión» de
los funcionarios de seguridad. Si bien descartó la figura de “desaparición
forzada de persona”, admite que no se realizó una pesquisa exhaustiva. Los
magistrados cuestionaron la autopsia y ordenaron nuevas pericias. La Cámara
también anuló el sobreseimiento del efectivo Emmanuel Echazú. Una vez más, la
Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, salió en defensa de los gendarmes y
atacó a la comunidad mapuche.
La Cámara Federal de Comodoro Rivadavia resolvió reabrir la
causa por la muerte de Santiago Maldonado, con un dictamen de 18 páginas, que
encuadra algunas cuestiones sinuosas para el poder real y la intervención
directa del Estado en el hecho –por ejemplo, el rol de la Gendarmería Nacional
en la represión ilegal dentro de la Pu Lof en Resistencia de Cushamen, provincia del Chubut, luego de las
11:32 de la mañana de aquel 1 de agosto de 2017–, cuando Santiago Maldonado fue
visto por última vez con vida, tras ser fotografiado por esa misma fuerza
represiva en la Ruta 40.
Si bien los jueces Javier Leal de Ibarra, Aldo Suárez, y
Hebe Corchuelo de Huberman descartaron la figura penal de “la desaparición
forzada de persona”, que denunció la familia Maldonado desde un primer momento
y llevó el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
exigiendo “una investigación independiente”, sin la actuación de las fuerzas
sospechadas; los magistrados admitieron que no se realizó una pesquisa
exhaustiva y que el expediente fue archivado por el juez federal de Rawson,
Gustavo Lleral, sin haber resuelto algunos interrogantes que persisten en el
tiempo.
La Cámara puso en cuestión la autopsia, porque no resuelve
la data de muerte de Santiago Maldonado y ordenó nuevas pericias sobre el polen
que contenía la ropa de la víctima y las diatomeas (algas unicelulares que
atraviesan los pulmones) para precisar con la mayor certeza posible si el
cuerpo de Santiago pudo haber estado en el río Chubut 78 días –desde el 1 de
agosto, momento en que desapareció, hasta que fue hallado por buzos de la
Prefectura Naval, el 17 de octubre de 2017, poco antes de las elecciones legislativas–.
En la última página de la resolución de Alzada, los
camaristas subrayaron: “Como ya sostuvimos supra, consideramos que se investigó
una sola hipótesis delictiva –aquí definitivamente descartada– sin que haya
sido objeto la valoración y pronunciamiento de algún posible nexo causal entre
la omisión del personal de Gendarmería o de quienes se introdujeron en el río
con Maldonado”.
Este punto nodal no sólo pone el foco sobre los gendarmes,
ya que la Cámara también anuló el sobreseimiento del efectivo Emmanuel Echazú
(defendido y ascendido por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich), sino
que amplió el campo de sospechas hacia las víctimas de la represión: los
mapuches y su recuperación territorial al magnate italiano Luciano Benetton. Cuando
la Cámara eligió la palabra “omisión” se está refiriendo a la figura penal de
“abandono de persona”. No lo expresó en el escrito, aunque lo dejó latente. Por
lo tanto, de ahora en más, la instrucción penal que tome la causa, deberá
dilucidar dónde estuvieron los diez gendarmes –entre ellos, Echazú–, cuando
llegaron a la vera del río, en momentos en que Santiago comenzó a sufrir
hipotermia. También el Poder Judicial deberá resolver qué pasó con los testigos
de la comunidad mapuche, Lucas Pilquiman, Matías Santana y Nicasio Luna
Arratia.
En los casos de Lucas y de Nicasio, ambos cruzaron el río
con la víctima y dijeron que Santiago se volvió sobre sus pasos hacia la zona
de sauces que bordean la costa. Su cuerpo fue encontrado a siete metros de ese
lugar. El mismo sitio había sido requisado en varias intervenciones de las
fuerzas federales, que durante la etapa del primer juez de la causa, Guido
Otranto (apartado por supuesta parcialidad), accedieron al territorio durante
horas, sin obtener resultados positivos.
Ver resolución de la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia
Ventanas a lo inesperado
Rápida para las declaraciones fuera de métrica, en su
momento afirmó que los mapuches pertenecían a una presunta organización
terrorista, solventada desde Gran Bretaña, la ministra Patricia Bullrich dijo
que “lo de abandono de persona está dirigido a los compañeros de Maldonado que
no hicieron nada”.
¿Quiénes son los compañeros de Maldonado? Pilquiman, Santana
y Luna huían de la represión desatada por el Estado a través de Gendarmería,
con balas de goma, machetes, bastones, palos, piedras, escopetas 12/70, y
pistolas calibre 9mm, cuyos efectivos entraron de cacería humana, sin orden
judicial al territorio mapuche donde estaba Santiago Maldonado. Aquí las
declaraciones de la ministra:
Patricia Bullrich: «Lo de abandono de persona está dirigido
a los compañeros de Maldonado que no hicieron nada»
Bullrich se apoyó en el supuesto delito en flagrancia tras
el corte de la ruta 40, pero no explicó por qué el personal de Gendarmería se
acercó con armas hasta el río, quiénes fueron, qué hicieron y si alguno de
ellos pudo haber visto a Santiago agonizando con hipotermia. ¿Quién posee el
control de la fuerza pública? ¿Los compañeros de Santiago o la Gendarmería
enviada por Bullrich a la provincia de Chubut? Está claro que el fallo de la
Cámara puso nerviosa a la ministra. Ella defendió al gendarme Echazú y ahora la
Justicia deberá aclarar qué participación tuvo en el hecho. Y no sólo él. Los
magistrados ordenaron “una reconstrucción virtual” sobre el escenario. Es decir
que la fuerza tendrá que abandonar de una vez por todas, “las deposiciones
administrativas” de los gendarmes, que fueron plantadas en el expediente por
los operadores del Ministerio de Seguridad, Gonzalo Cané, Daniel Barberis y
Pablo Noceti.
Los jueces reflejaron en el dictamen una conversación
telefónica de Noceti con el comandante de Gendarmería Fabián Méndez, el 3 de
agosto. Allí sugieren que se buscaba “desprestigiar” a la fuerza, pero nada se
explicó sobre la presencia de Noceti en la Estancia Leleque de Benetton antes
de la desaparición de Maldonado. Tampoco se abundó sobre la doctrina de la
flagrancia que el mismo Noceti propagó con insistencia ante los jefes zonales
de las fuerzas federales y policías provinciales en Río Negro.
¿Todo es responsabilidad de los compañeros de Santiago
Maldonado? ¿Por qué el cuestionado juez Otranto recibía a Cané en su despacho y
tomaba las testimoniales con ese funcionario del Ministerio de Seguridad en las
audiencias? ¿Por qué nunca se aclaró la presencia de Noceti en Chubut antes de
la desaparición de Santiago Maldonado?
De las palabras de la señora ministra se evidencia que
anhela responsabilizar a los mapuches. La estrategia del Estado es culpar, una
vez más, a los pueblos originarios de la Patagonia. O sea: la doctrina Chocobar
llevada a la máxima potencia por una funcionaria que viró de la lucha armada en
los ’70 a la doctrina inquisitorial de Israel y Estados Unidos en el siglo XXI.
Pasaron cosas. Patricia se reconvirtió.
Los verdes
En su edición del 7 de septiembre el diario Página/12 con la
firma del periodista Sebastián Premici reconstruyó el paso a paso de los
gendarmes en el río. “El detalle de las horas y segundos de la represión fue
analizado por la Procuración contra la Violencia Institucional (Procuvin) en un
informe que fue ninguneado por el procurador interino Eduardo Casal, por la
fiscal Silvina Avila y el juez Gustavo Lleral. Hoy puede ser clave para avanzar
en la reconstrucción solicitada por la Cámara”, escribió Premici. Según él,
“hubo disparos sobre el río. Hubo una cacería. El otro que confesó haberle
disparado a un bulto azul o negro (Maldonado tenía una campera celeste oscura)
fue Darío Zoilán. Lo dijo ante Daniel Barberis, responsable del área de Violencia
Institucional del Ministerio de Seguridad y también en testimonial. ¿A quién le
disparó? En su apelación al cierre de la causa, el CELS marcó la posible
responsabilidad de este escopetero”. La Cámara también hizo mención al informe
de la Procuvin en el fallo. Ver la nota:
Los gendarmes rodearon a Santiago
El 30 de noviembre del año pasado, cuando el juez Lleral
mandó a archivar el expediente, repasábamos los enigmas de la causa:
¿Dónde estaba el grupo de alrededor de 15 gendarmes, cuando
Santiago comenzó a sufrir hipotermia y agonizaba en la zona de los sauces?
¿Por qué el juez Lleral no reconstruyó el hecho con los
testigos en la escena?
¿Por qué jamás aclaró la posición exacta del teléfono de la
víctima antes, durante y después del hecho?
¿Por qué los medios oficiales y oficialistas dijeron que
Santiago estaba en Chile, Córdoba, Entre Ríos, San Luis, y que era un presunto
“terrorista” de la llamada Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), organización a
la que Elisa Carrió llamó con el mote de “rim” (sic)?
¿Fue la propia ministra la que mintió al afirmar en el
invierno de 2017, que ese presunto grupo mapuche era solventado desde el Reino
Unido?
¿Fue el periodista (hoy flamante empleado de la vaciada
Agencia de noticias Télam), que propagó la versión de que Santiago habría sido
herido en Epuyén por un puestero de Luciano Benetton?
¿Fueron ciertos columnistas del canal de La Nación y TN
quienes afirmaron que Maldonado pudo haber sido asesinado por los mapuches?
¿Dónde están las respuestas del juez Lleral en su mamotreto
realizado en tiempo récord?
¿Cómo hizo para escribir 270 carillas, luego de recibir el
día 28 (apenas unas horas antes) las pericias del INTI sobre los DNI y la
comparación sobre el documento de Santiago hallado intacto en el bolsillo de su
pantalón?
¿Cuál es la mayor ventana de tiempo en condiciones similares
al río Chubut que precisa esa pericia?
¿Por qué Infobae y Clarín accedieron a las conclusiones
antes que las querellas?
¿Acaso esas conclusiones prueban el estado real del DNI de
Maldonado y la idea de que estuvo los 78 días en un pozo del río sin ser visto
en 7 rastrillajes?
¿Por qué no lo encontraron en los allanamientos anteriores
sin la presencia de las partes y con absoluta violencia sobre los testigos y la
vecina comunidad de Vuelta del Río?
¿Es verosímil, tal como afirma Lleral, que la escena del
hallazgo del cuerpo haya sido revisada por las fuerzas federales tan solo una
vez antes del 17 de octubre de 2017?
¿Si el cuerpo flotó poco antes de ser hallado, por qué no
fue visto por la abogada Verónica Heredia en su visita al territorio y los
mapuches que vivían allí?
Aquella nota de 2018 parece tener los mismos interrogantes
que el fallo actual de la Cámara de Comodoro Rivadavia que pone fuera de foco a
la ministra Bullrich y sus aliados mediáticos del panquequismo.
Lo que viene
La Cámara Federal de Comodoro Rivadavia ordenó “reeditar” la
testimonial del testigo Lucas Pilquiman. Esto significa que deberá ser interrogado
de nuevo. Esta vez, con la presencia de las partes, porque el juez Gustavo
Lleral le tomó declaración en un Juzgado de Paz de Epuyén, con la oposición de
la familia Maldonado y del Ministerio Público Fiscal. Como es obvio la causa no
podría recaer de nuevo en Lleral, quien cerró la pesquisa y está recusado. La
flamante fiscal federal de Esquel es Virginia Carranza. A diferencia de la
subrogante anterior, Silvina Ávila, Carranza tiene antecedentes que demuestran
su capacidad investigativa en asuntos complejos. Este hecho de gravedad
institucional que movilizó a la sociedad y reflejó la política de (in)seguridad
de Mauricio Macri y su narrativa de la crueldad es un misterio aún sin
descifrar para el Poder Judicial. El único funcionario que intentó seguir la
huella de la presunta responsabilidad institucional de las fuerzas represivas
del Estado fue el defensor oficial de Esquel, Fernando Machado, a quien el juez
Otranto solía responder “téngase presente”.
Lo cierto es que las instituciones de la democracia están en
deuda con la familia Maldonado. Ni siquiera lograron aclarar qué sucedió con la
llamada del amigo de Santiago, Ariel Garzi, a horas de la desaparición. La
Cámara dispuso que se reitere la pericia. La empresa telefónica radicada en
Uruguay nunca respondió el oficio. Insólito. Al igual que la falta de criterio
de los actuantes de la causa. Jamás se reconstruyó la escena del hecho con los
protagonistas presentes en ese marco de complejidad. El Estado persiguió,
hostigó, espió y torturó al infinito a la familia Maldonado. El relato actual
de la ministra Patricia Bullrich estigmatiza a los mapuches que fueron víctimas
de la represión que desató la muerte de Santiago Maldonado. Sin represión, no
habría muerto. Lo que generó su muerte fue la intervención de la Gendarmería en
territorio mapuche recuperado, sin orden judicial.
Santiago no se ahogó solo.
*El autor estuvo a cargo de la investigación periodística
del documental “El camino de Santiago”, que dirigió Tristán Bauer, con guión de
Omar Quiroga y Florencia Kirchner, y la producción de Jorge Devoto, Osvaldo
Papaleo y Jon Alpert.
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